2-1: Derrota cruel en Getafe

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Dos goles encajados en cuatro minutos cuando mandaba en el marcador y en el juego condenaron al Pucela

El Real Valladolid encajó este domingo en Getafe una dolorosa derrota por 2-1 que no mereció y que le deja en el medio de la tabla con un colchón de cinco puntos sobre el descenso cuando paladeaba plantarse en la duodécima jornada a un punto de la zona europea.

Al filo del descanso Óscar adelantó al Real Valladolid, pero cuando había conseguido domar a un león herido como el Getafe, encajó dos goles en un abrir y cerrar de ojos (Alexis, en el minuto 73, en un córner; y Lafita, en el minuto 77, en una preciosa jugada individual) y tuvo que regresar al Pisuerga de vacío.

Tuvo tanto tiempo para soñar con una victoria que hubiera sido importantísima y tenía tan controlado el partido cuando encajó los dos goles, que una derrota que entraba totalmente dentro de lo previsible por la categoría del rival se convierte en una puñalada en el corazón.

De entrada, Djukic solo hizo un cambio en el once: Ebert relegó a Bueno al banquillo. En el Getafe, Luis García intentó una revolución para dar un giro radical en el rumbo de un equipazo que transita por la Liga a tirones. Hizo cuatro cambios en su equipo titular. Entre otras cosas, porque tiene una plantilla de lujo y se lo puede permitir.

El partido tuvo cuatro fases muy marcadas. La primera duró 30 minutos. Lo que le duró la gasolina al Getafe, un equipo que no se distingue por su gran condición física, todo lo contrario que el Real Valladolid. En esa primera media hora, el Getafe dominó con claridad y dispuso de tres ocasiones de gol, una que salvó Jesús Rueda en la raya de gol y otras dos que despejó Dani Hernández.

Pero al paso por esos primeros 30 minutos, el Real Valladolid se hizo con el balón, empezó a moverlo, el Getafe ya no llegaba, ya no presionaba, y las ocasiones cayeron en la portería local. Ebert avisó con un buen disparo, después Manucho obligó a hacer la parada de la tarde a Moyá, pero en el minuto 45 el Pucela, desmelenado, enlazó la jugada del primer gol, que nació y acabó en Óscar. El charro abrió para Ebert, que disparó duro, rechazó Moyá y Manucho peleó el rechace con un defensa y consiguió dejarlo para atrás, donde de nuevo Óscar, que seguía la jugada, fusiló el 0-1.

El descanso no cambió absolutamente nada. El Real  Valladolid siguió con el control absoluto del juego y amenazó con el segundo gol. De hecho, Omar provocó un penalti clarísimo de Pedro León que Clos Gómez se comió.

Luis García tuvo que reaccionar porque veía que el partido estaba más para el 0-2 que para el empate y metió dos cambios a la hora de juego: entraron Barrada y Álvaro por Diego Castro y Míchel, desaparecidos en combate como sus compañeros ante un Real Valladolid que con el paso de los minutos se agrandaba espectacularmente hasta controlar el partido de cabo a rabo. Poco después, entró Lafita por Gavilán. Djukic metió a Javi Guerra por un Manucho fundido; a Sastre por Álvaro Rubio nada más empatar el Getafe; y Bueno por Omar nada más remontar el equipo madrileño.

La salida de Barrada, arrancando desde atrás, pareció dar un segundo aire al Getafe, pero sus intentos individuales no causaron daño. Al contrario, el Real Valladolid siguió buscando su oportunidad para sentenciar y apareció Omar. Ajustó el punto de con un disparo con la zurda desde la derecha y reventó el larguero en el minuto 65 desde el mismo sitio. Ahí estuvo la victoria para el Pucela.

Pero cuando la ventaja es mínima y sin acertar a dar la puntilla a un enemigo desfondado y atolondrado, el partido queda vivo. Más si ese rival tiene once buenos jugadores en el campo como el Getafe. Y en el minuto 73 el Getafe cantó bingo en un córner que cabeceó Alexis y cuatro minutos después, Lafita se sacó de la chistera una gran jugada, remontó el área circulando entre Rukavina y Víctor Pérez y se sacó un disparo sensacional para dar la vuelta  al marcador. La tercera fase del encuentro había durado cuatro minutos. 240 segundos fatídicos.

El cuarto acto del partido fue un intento vano del Real Valladolid por establecer el empate. El Pucela, siempre bien físicamente, tuvo fuerza para llegar, pero el Getafe es un equipo con muchos recursos, oficio y experiencia para amarrar una victoria que se había encontrado cuando los puntos se les escurrían entre los dedos.

Fuente: página web oficial del Real Valladolid