Onda Joven Radio.es

El director italiano Ettore Scola falleció el pasado 19 de enero en Roma a los 84 años de edad. El realizador había estrenado en 2013 su último largometraje (Qué extraño llamarse Federico) y algo antes, en 2009, tuvimos la oportunidad de tenerle en Valladolid en calidad de presidente del Jurado Internacional y como protagonista de un ciclo especial en aquella 54ª edición.

Autor comprometido y consciente de las diferencias entre el norte y el sur de su país, Scola nos deja un legado de más de 80 películas en las que, como director o como guionista, fue puliendo una manera única de asomarse a la realidad. Vinculado a la comedia, a la inmortal ‘comedia italiana’, dejó huella también en otros géneros, incluido el documental donde encontró la fórmula para evitar filtros y contar directamente lo que veían sus ojos. 

Marcello Mastroianni, Vittorio Gassman, Sophia Loren… Los grandes actores de su país desfilaron por largometrajes que han quedado como obras mayores de la cinematografía italiana. Una jornada particular, El demonio de los celos, La terraza, Buenas noches, señoras y señores… La lista de títulos es larguísima y su peso en el cine europeo, fundamental. Razones que llevaron a la Semana Internacional de Cine de Valladolid, ya en 1986, a dedicarle un ciclo retrospectivo y a publicar un libro, Ettore Scola, un cineasta particular que desentrañaba su trabajo y su estilo.

Su visita a Valladolid más de dos décadas después, cuando recibió, de manos de la actriz Carmen Maura la Espiga de Honor de la Seminci, puso de manifiesto la admiración que el festival sentía por un realizador de quien debemos lamentar ahora su pérdida.

Powered by WPeMatico